EMPRENDIMIENTOS MINISTERIALES

Cualquier persona que tiene un trabajo "secular" se verá tentado a pensar del trabajo como menos importante o de menor honrar para Dios que la de un pastor. Hemos luchado mucho con eso aquí, y con los años hemos conocido a muchos otros que luchan con un sentido de propósito en su trabajo diario preguntándose si necesitan dejar su trabajo para entregarse al ministerio pastoral y así poder realmente "hacer la voluntad de Dios”.

El ministerio pastoral es una excelente vocación que honra a Dios, pero no es el único trabajo en el que se honra a Dios. Muy a menudo los hombres de negocios piensan de esta manera porque no les hemos enseñado realmente la doctrina de la vocación ministerial. La vocación es el trabajo específico a la que Dios ha llamado a cada uno de nosotros. Y la vocación no se limita sólo a los que sirven en el ministerio pastoral.

De hecho, Dios llama a la gran mayoría de los cristianos de las esferas "comunes" de trabajo como negocios, la enseñanza, la cultura, las comunicaciones, seguridad, salud y gobierno incluso a cuidar del hogar. A medida que fielmente nos entregamos a este llamado, somos agentes de Dios para amar a los demás e incluso cumplir su voluntad en la tierra. En este sentido, su trabajo no es diferente de la de un pastor o misionero.

Estamos muy interesados en promover y desarrollar en todos los países, emprendimientos ministeriales que den sostenibilidad a ministerios para la manifestación y extensión del Reino de Dios en cada comunidad donde estas congregaciones estén presentes.

Tenemos tres razones por las que nos interesa desarrollar estos emprendimientos.

En primer lugar, buscamos dar gloria a Dios en lo que hacemos y no la gloria personal. Deuteronomio 8:17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de Jehová tú Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.

En Segundo lugar, entendemos que nuestros emprendimientos son para bendición del Cuerpo de Cristo. Efesios 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. También leemos en II Corintios 9:8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito:
Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. 12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios.

Y en tercer lugar, el nombre del Señor no es vituperado por lo que creen que los que sirven en el ministerio son perezosos y vagos que sólo explotan a la gente obligándolos a entregarles diezmos y ofrendas de todo lo que ganan en su labor diaria. Leamos Hechos 18:3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. ¿Por qué el apóstol Pablo hacia este trabajo? ¿Cuál era el propósito? Veamos lo que nos dice el mismo apóstol en I Tesalonicenses 2:5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; 6 ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. 7 Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. 8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos. 9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. Leamos también II Tesalonicenses 3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.

En Resumen, si usted tiene alguna habilidad o capacidad de desarrollar algún emprendimiento ministerial, no dude en darle inicio para la gloria de Dios y bendición de muchos hermanos en nuestras congregaciones y comunidades.